viernes, 6 de agosto de 2010

La otra


Ella lo miró, se dio cuenta, pero se hizo la distraída. Siguió cosiendo el pantalón marrón. El ambiente estaba muy tenso. El le había gritado que estaba harto de ella. Que los años pasados no volverían. Que no quería más discusiones. Que ya no era un chico para no entender sus razonamientos. Ella lo vió fumar el último cigarrillo y estrujar con fuerza el paquete vacío.

Se dio cuenta que el momento había llegado. De pronto él dijo:


- Voy a comprar cigarrillos y vuelvo…


Ella lo miró sobradora, le dio un beso sin esperanza y él se fue dando un seco portazo.


Al rato largo cuando confirmó que no volvería, sollozó…


El la fue a buscar a la confitería de siempre. Estaba muy bonita. La abrazó con fuerza y la besó apasionadamente. Tomaron el café mirándose a los ojos. El dijo:

-Ya no iba más. Tenía que tomar esta decisión. Me controlaba en todo. Me exasperaba. No la aguantaba más...


Ella sonrió comprensiva y protectora. El le oprimió con fuerza sus manos y siguió:

-Desde hoy , vos y yo viviremos juntos, bajo el mismo techo. Nos queremos. Me gustaría tener un hijo tuyo…No quiero volver nunca más a lo de antes, nunca más…


Ella lo calmó con un beso lleno de ternura y le susurró “te quiero”…


Permanecieron largo rato en silencio. Finalmente le dijo dulcemente…


-Tranquilo, mi amor, ahora estaremos siempre juntos. Ya la volverás a ver, después de todo es tu madre…

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