jueves, 5 de agosto de 2010

Haití


Enero del 2010. Un cataclismo dejo en minutos más de doscientos mil muertos, miles de viviendas destruidas. Los sobrevivientes deambulan como zombies por las calles repletas de escombros. Muertos de sed llenos de miedo ante cualquier vibración nueva. Acorralados como minúsculos animales en una jaula enloquecedora. No puedo darme ninguna respuesta que compense en algo mi desazón. Pienso en los niños aplastados por las rocas o solos por las calles llorando lo que no comprenden y les duele. Detuve mis pensamientos como pude, vino a mi mente una frase de un cuento de Borges que dice: “ciego a las culpas el destino puede ser despiadado a las mínimas distracciones”. Pienso: ¿quién se distrajo o en manos de quien esta el destino…?

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