jueves, 5 de agosto de 2010

Favaloro


Se acostó abrumado por la angustia. Se veía a si mismo vencido, ignorado, menospreciado. Soñó que corría tratando de escapar de la gente que lo abrumaba y ensombrecía. Corría sin poder detenerse. Su corazón latía: tac tac tac, cada vez con más celeridad. Taquicardia extrema –pensó – en cualquier momento el infarto salvador… no quiero sobrevivir… estoy harto…

Se despertó a las tres de la mañana. Transpirado, agitado, defraudado por la irrealidad del sueño. Se levanto. Lentamente se dirigió a su escritorio y en el cajoncito aquel encontró la 9 mm. Se dirigió al baño. Miro en el espejo su cara triste pero con decisión. Apuntó lentamente al corazón eligiendo el lugar justo. Sopesó el instante y disparo.

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