martes, 27 de julio de 2010

El chancho


-No te hagas el chancho rengo- le dijo Ramirez a su colega el oficial Garcia


-Que me querés decir, boludo…


-Que le estas tirando onda a Maria sabiendo que anda conmigo..


-Dejate de joder...


Ramirez iba a contestar cuando el jefe los aplacó con una dura mirada. Al rato se calmó la tensión..


-No peleen por un problema de polleras, carajo!!.

Luego sonrió y dijo:


-Lo del chancho me hizo acordar a un caso en el 80, cuando tuve que ir a Guatraché , en la Pampa..


Los dos lo miraron con más atención. Pensaron, otra historia del viejo, pero se aprestaron a escuchar.


-En esa época yo era nuevito en la división de asuntos especiales y me mandaron para allá a investigar. Los de la provincia no habían encontrado rastros de una menor desaparecida…


Tomó lentamente el mate que le pasaron y entre sorbo y sorbo prosiguió:

-El asunto era el de siempre, una pendeja mas o menos linda, de 14 años salió de madrugada, aún de noche para la escuela que estaba a quince cuadras de la chacra de sus padres…no vino al mediodía cuando la esperaban, ni regresó mas…


El pueblo empezó su búsqueda, la policía se movilizó pero sin ningún resultado, hasta que los medios de Buenos Aires se metieron en el asunto y se armó un kilombo brutal.


Ni bien llegué a Guatraché interrogué a los padres y a los que trabajaban en la chacra, un peón y un peoncito, a sus compañeros del colegio, conocidos, etcétera, es decir: muchas horas de laburo sin lograr nada Con el comisario hablamos de un tipo con un auto que ese día pasó por el pueblo de mañana y siguió por el camino en el que debía venir la chica , empezamos a convencernos de un posible secuestro

Al otro día, el último, volví hasta el rancho, hablé nuevamente con los viejos, revisé al detalle el cuarto donde dormía la chica y no observé nada interesante…


Algo frustrado estaba mirando el gallinero, cuando vi al peoncito levantado huevos de las ponedoras colocándolos delicadamente en una canasta…me acerqué y le pregunté por preguntar:


- Cuantos huevos sacan por día..


-Mas o menos cincuenta


-Y que otras cosas hacés vos…


-Hago mandados, doy de comer a las gallinas y al chancho.


-Y al chancho que le das –pregunté de puro aburrido


-Todas las sobras…


Por el olor me avivé donde estaba el chiquero y enfilé para allá. Sentí cierta nausea y escupí varias veces. El gauchito me seguía…


El Jefe largó el mate y continuó…

Un enorme chancho me miraba desde el barro, sentí cierto temor sin saber porque. Un montón de comida podrida lo rodeaba. Ya me iba cuando vi algo rojo como un tomate, volví a mirar, no sabía que era, si era sangre o un trapo.


-Che, traeme un palo o algo para sacar eso

Cuando lo logré sacar me di cuenta que era un trapo grande, como un mantel…me dí vuelta para mirar al muchacho y ví que estaba colorado, con cara de miedo…


-Que te pasa- le grité


-Balbuceando me dijo:


-Yo no fui…


-No fuiste que??-dije con la certeza de encontrar al culpable..

Inclinó la cabeza y se puso a llorar.


Lo demás, lo de siempre, intentó manosear a la chica, ella quiso gritar, le tapó fuerte la boca y la golpeó contra un tronco, con tal mala suerte que la mató. Cuando se avivó que estaba muerta, del mismo susto la tiró en el chiquero y con el palo la hundió en el lodo y día a día repetía la operación cuando tiraba la comida. Finalmente el tiempo o el chancho hicieron el resto…


Lo más curioso es que nunca me habría imaginado que la hubieran ocultado ahí…

El jefe lentamente se tomó otro mate


Hasta que Ramirez para hacerse el chistoso, saltó diciendo estruendosamente:

-Jefe, al final, como dice el refrán, la culpa no la tenía el chancho sino el que le daba de comer…


Todos rieron…

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