lunes, 20 de septiembre de 2010

Enigmatico tres


Fue en Sevilla. El 25 de Octubre de 1335 se reunió, luego de más de quince años la Cofradía del Antiguo Testamento. Ese día otoñal estaba ensombrecido por gruesas nubes negras. Por una puerta lateral de la catedral de Sevilla, sigilosamente, entraron los cofrades.. En sus ojos brillantes mostraban el interés que había despertado esta secreta e inusual reunión. Ya en el amplio salón ocuparon, uno a uno, sus lugares en las largas mesas rectangulares de rústica madera a cuyos costados se ubicaban simples bancos de algarrobo. En medio de las mesas había candelabros de hierro forjado con tres velas de cebo que iluminaban el espacio. Cuando estuvieron ubicados se hizo un profundo silencio. Luego de una puerta lateral ingresaron doce monjes representantes de la Cofradía del Origen Humano. Se sentaron alrededor de una mesa circular que estaba en el centro del salón. Luego de un prologado silencio, se puso de pie el Hermano Superior de la mesa central, inicio una oración de alabanza a Dios que todos siguieron con sincera devoción, finalmente, con grave voz, dijo:

-Hermanos en Dios, estamos aquí reunidos para develar un secreto. Secreto que nos ha surgido en nuestras largas meditaciones sobre el origen humano. Como ustedes saben, en el comienzo del Testamento, palabra de Dios, se habla de la creación de nuestro padre Adán, amasado en barro, y luego, que el Señor le otorgara un alma inteligente, dijo “para que el hombre no este solo, crearé de una de sus costillas a Eva, la mujer”. Y lo hizo de una costilla para demostrar que no debía estar ni por encima del hombre ni a sus pies, sino para ser su compañera. Pero… –se detuvo emocionado- hay un párrafo que no sabemos explicar, pero que existe. Ese texto revelado dice que entre nosotros van a existir seres similares en forma a las del hombre, pero con sensibilidad femenina, y también hembras con los sentires del hombre. Seria como un tercer sexo. No sabemos como explicarlo, pero debemos creer que hay valores que los simples seres humanos no entendemos.

Cuando calló, se hizo un profundo silencio en la sala. El cofrade mayor de la Cofradía del Antiguo Testamento, luego de deliberar con sus hermanos, pidió tres días para evaluar lo expuesto, plazo que fue otorgado.

Se retiraron en silencio aunque un murmullo de incertidumbre y asombro envolvió el gran ambiente.

Pasado los tres días a las seis de la tarde, se reunieron nuevamente. Llovía torrencialmente. Al abrigo de las velas ocuparon sus lugares como lo habían hecho la vez anterior. Tras un profundo silencio elevaron oraciones de alabanza al Señor. Al terminar la ceremonia el Prior de la Cofradía del Nuevo Testamento se puso de pie y con voz firme dijo:

-Queridos hermanos, hemos analizado minuciosamente el estudio que con tanto cuidado realizaron en la Cofradía del Origen Humano, no nos queda ninguna duda que el Señor haya podido dar vida a seres humamos que, siendo hombres tengan sentimientos de mujer y a la inversa, mujeres con todas las características del hombre. Muchos de nosotros hemos observado en nuestras respectivas Iglesias que, en confesión, se daban frecuentes casos como los mencionados. Pero, aunque lo sentimos natural, pensando que aún hoy el pueblo no lo pueda entender, ya que a nosotros mismos nos resulta difícil, decidimos ocultar esta revelación para un momento más oportuno.

Silencio.

Prosiguió:

- Si estamos de acuerdo pongámonos de pie y expresemos que actuaremos así por la voluntad de Dios.

Poco a poco todos se pusieron de pie y al unísono exclamaron:

-Así sea por la voluntad de Dios.

Finalmente elevaron nuevos cánticos de alabanza y se retiraron desapareciendo en la oscuridad de esa noche desapacible de otoño.

Este secreto no nos fue revelado aún públicamente, pero se ha deslizado la información desde los laberínticos y oscuros despachos vaticanos.

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