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Sos el numero siete – y me regalo una estrella dorada de cinco puntas con un
numero siete de gran tamaño.
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Pegalo en la puerta de tu dormitorio para que no entre el mal.
Lo
dijo con tal convicción que así lo hice mientras me miraba con tanta ternura
que la abracé y le recordé que por algo hace cincuenta años que estamos juntos
aunque no convivamos.
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