martes, 23 de septiembre de 2008

Verdad absoluta



La tarde resplandecía…

En la residencia de ancianos reinaba la calma…

Por el sendero, en una silla de ruedas,
un señor mayor,
de rostro venerable,
era trasladado por la acompañante de turno.

Era un hombre con conocimientos de cierta profundidad
en distintas disciplinas.

Filosofía, psicología...

Lo fascinaban las religiones orientales
por su simple hermetismo,
que él en alguna medida
había podido penetrar.

Otras de sus aficiones era la cosmología,
el saber algo de lo ocurrido
desde el Big Bang hasta ahora
y cómo serían
los próximos cinco mil millones años en este universo.

Se maravillaba con la teoría de Einstein,

se sorprendía con la cuántica de Planck.

Pensaba con curiosidad en los problemas de Einstein
sobre cómo se podría unificar
la relatividad con la cuántica
(aunque se fue sin lograrlo, en el 55).

“Dios no juega a los dados” decía
cuando en 1929 surgió el principio de la incertidumbre,
una ciencia no lógica.

Casi 40 años después Hawking , en la Historia del tiempo,
le había contestado al maestro

“No sólo juega a los dados

sino que los arroja tan lejos

que nos será imposible verlos”.


Eso pensaba y sonreía…
todo es relativo
-se decía.


A sus allegados les confesaba
que temía a la muerte
pero que esperaba irse
sin sufrimientos…

“…ya estoy amortizado”-repetía


La asistente lo dejó
en una sala grande
con amplios ventanales
por donde entraba diáfano el sol…

”la estrella mas cercana”-pensó.


Se adormiló mirando el ventanal,

sintiéndose tranquilo con su modesta dosis de sabiduría…
Lo despertaron unos pasos y una grata presencia.
Una bella joven tocó su hombro.

Él le preguntó: quien eres?

Ella le contestó. “la verdad absoluta…”

-Cómo??!!

-Soy aquella que nunca conociste ni conocerás…

El anciano estaba estupefacto.
Ella se puso frente a él que la miraba fijamente…
No podía creer lo que ocurría.

No era lógico

La verdad absoluta, lentamente,
se quitó toda su ropa
hasta quedar hermosamente desnuda,
etérea
y rápidamente se evanesció.


El viejo permanecía inmóvil
con sus ojos fijos en el ventanal vacío…


Finalmente
inclinó su blanca cabeza
sobre el pecho
y sollozó…


-Ya no sabré morir-

murmuró finalmente .


2 comentarios:

Veji dijo...

Nor:me ha conmovido hondamente .Te ví,por lógica a vos encarnando al personaje.Te identifiqué plenamente y compartí tu último sufrimiento.Amigo,hermano! qué complejo es nuestro pensamiento.Interpreté y si es así lo comparto,se vive mejor agitado,lleno de dudas que cuando la verdad logra revelarse.

Unknown dijo...

Hoy a mis 56 años la mayoría de las veces prefiero enfrentarme con la verdad, pero sí es cierto como dice Veji, la muerte es otro cantar, creo que es mejor ignorar cómo es en realidad y enfrentarse con ella cuando llegue, frente a frente, sin tener tiempo de suspirar para que no duela tanto
Besos.