sábado, 31 de mayo de 2008

Familia


Un familiar querido me cobraba cincuenta pesos

cada vez que venía a desayunar
y me aconsejaba sobre el uso de Internet…

Un día le dije con enojo:
-Cómo es posible que te pague cada vez que venís!!

Lo pensó y dijo:

-Es cierto, soy tu hijo.
-De ahora en más pagame cuarenta y ocho.

Acepté gustoso, porque lo quiero…

No hay comentarios: