Palpé el pecho sobre el corazón.
Un pequeño y agudo dolor, como de aguja
me estremeció un instante
y pasó.
Millones de letras impresas aparecían en mi mente
sin saber por qué
y no me dejaban ver
una palabra completa.
Me di vuelta en la cama
miré fijo el techo,
algunos manchones
color tiza
avanzaban sobre mi cabeza.
Quise levantarme rápido
y no lo logré.
Me dejé caer.
Cerré fuertemente los ojos
La oscuridad interna
tenía pequeñas luces blancas que se alejaban
en distintas direcciones.
Un sonido sordo de sirenas provocaba
inusitada tensión
en todo mi cuerpo.
Al rato todo calmó,
me senté lentamente
en el borde de la cama,
palpé mis rodillas,
las articulaciones doloridas.
Me incorporé despaciosamente
fui hasta el baño.
Intencionalmente
me miré en el espejo
que desde hacía mucho ignoraba
Observé detenidamente mi rostro.
El que fui ya se ha ido-me dije-
dejó este anciano en su reemplazo…
1 comentario:
Nor,
Por favor, DE AQUI!!!,con la vejez.
Tu corazón y espíritu son JOVENES.
Las líneas del paso del tiempo las tenemos todos, no hay que ignorarlas pero sí no darle más importancia de la que merecen.
ARRIBA ESE ANIMO!!, jamás un recuerdo puede matar el alma de una persona. Te quiero alegre, quizás no exultante pero SÍ CON GANAS. Con todo corazón Laura
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