sábado, 9 de agosto de 2008

Inevitable



Vos que me amás creeme,

el tiempo no existe,

tan sólo es un invento de relojeros suizos…


Sigo viendo tu desdeñosa risa en la helada noche,

que me acicatea.

A veces te imagino desnuda y sola

en una habitación vacía y blanca,

frente a un gran espejo,

llamándome…


La vida es un absurdo de tres por tres

con una ventana dibujada

en la gruesa pared.


Yo te provoco

para que de una vez

te animes a mirar

por la ventana de tu sexo.


Después,

juntos,

romper la puerta de lo cotidiano


y con tus redondos ojos,

de cristalinos nuevos,

ver ese mundo raro

donde siempre es presente…


1 comentario:

Veji dijo...

un reloj de arena sin arena.Un texto ideográfico.Un inevitable críptico